El Parque Natural «Sierra de Aracena y Picos de Aroche» se sitúa en el extremo norte de la provincia de Huelva, abarcando 186.827 hectáreas de 28 municipios diferentes, por lo que constituye el segundo más extenso de Andalucía. Conforman el Parque dos alineaciones montañosas, norte y sur, separadas por una depresión central donde se ubican las cuencas del río Múrtigas y Rivera de Huelva, afluentes del Guadiana y Guadalquivir, respectivamente. Dominan el territorio las pizarras y cuarcitas. Algunos estratos calizos quiebran el relieve y han dado lugar a cuevas, como la de la Gruta de las Maravillas en Aracena, o surgencias como las de la Peña de Arias Montano en Alájar.
Presenta particulares condiciones climáticas, con abundantes precipitaciones favorecidas por la especial orientación orográfica de las sierras. Esto da lugar a una vegetación frondosa, donde destacan las grandes extensiones cubiertas de dehesas de encinas (el paisaje característico de las solanas al norte del Parque), con alcornoques y quejigos en las umbrías y vaguadas. Así como bosques de castaños en las áreas más altas y frías (umbrías de las sierras meridionales), que convierten esta zona en una de las áreas boscosas más extensas y mejor conservadas de la Región Mediterránea. Esta gran superficie forestal ha posibilitado la conservación de una numerosa y variada fauna compuesta por el lince, la nutria, el gato montés, el meloncillo, el turón, la garduña y la gineta, además de numerosas rapaces como águilas culebreras, reales, calzadas, buitres negros y leonados y otras aves singulares como la cigüeña negra.
El castañar representa uno de los paisajes más atractivos en la zona por sus espectaculares cambios cromáticos estacionales y por sus grandes árboles centenarios. Tradicionalmente ha representado uno de los recursos de la sierra.
Una de las principales actividades económicas se centra en la ganadería, especialmente de porcino, que aprovecha la caída de la bellota (montanera) en las amplias dehesas del Parque. Otras actividades son «la saca» o extracción del corcho, la caza, la minería (hierro y mármol, principalmente), las huertas de frutales, aunque han perdido relevancia en los últimos tiempos, y el turismo rural. Recurso complementario tradicional es la recolección de setas tras las primeras lluvias otoñales.
De gran interés es la arquitectura defensiva del Parque construida, en su mayor parte entre los siglos X Y XII, por árabes y castellanos en las luchas de la Reconquista y así como por el dominio fronterizo con Portugal. Se trata de una red de fortificaciones, ubicadas en puntos dominantes del relieve para controlar el territorio, que constituye hoy día un valioso patrimonio monumental.